Canto con aquel poeta al que le oí una mañana darle voz al hombre libre,
porque decía que cantaba...
"... la alegría del que quiere ser cabeza de mana,
aunque abrir senda es más duro que andar por senda marcada.
... y la tristeza por esos que se conforman
y callan aunque les pongan al cuello un collar y una campana".
Y con su cantar al menos puedo tener la esperanza
de encontrare con la gente que valora su palabra,
que no se engaña a sí misma diciendo "!no pasa nada¿!,
gentes de mente serena,
gentes de valor y audacia que saben tenerse firmes en medio de la riada,
y seguir por el sendero que su buen juicio les marca.
@Alfredo Vilchez
No tengo palabras, tengo gritos
para suplir las voces muchas por el miedo,
para clamar por la mentira que se acepta,
para buscar la sensatez perdida,
para hacer olvidar el fanatismo
de la doble moral y la falsía,
para hacer ver a los ciegos que en un hato
cualquiera puede ser pasto del lobo,
que libertad es lo contrario que manada,
que aceptar poco a poco el despotismo
lleva a la indignidad y a la amargura
para acabar en el dolor y el sufrimiento.
No soy de un pueblo de bueyes, dijo el poeta.
Posiblemente hoy no lo diría.
|@Alfredo Vilchez
Un leño seco, una llama, un resplandor que se agita.
En la penumbra del cuarto haces de sombras rotas se esconden en los rincones
ante lo largos brazos luminosos que me envuelven, que unen, en cálido abrazo,
mi alma con la del fuego, que abren paso a una hondura
donde me encuentro conmigo casi por tiempo infinito
@Alfredo Vilchez
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