poemas de septiembre 2019

Vimos nacer esa encina
mi hijo y yo.

La encina sigue a mi lado.
… el hijo no.

@Alfredo Vilchez




Lo encontró en un vertedero
desechado, roto,
vestido aún con esa capa brillante
que le ponen las gentes a las cosas
para pensar que las han creado. 

¡Un palo!
¡Un simple palo!
Lo juzgó hermoso y triste.
Por eso lo cogió.

En las manos tuvo cerca su herida,
y en cada lineal oscura del corte
vio su pasado,
cuando era cauce de savia y vida,
cuando fue rama del árbol
o tronco erguido
para cobijar al sol o abrazar al viento.

Y ya no fue sólo un madero
sino el recuerdo de un roble,
la evocación de un bosque,
la añoranza de un paisaje
en el que fue sujeto activo.

Lo miró entonces con respeto,
y lo depositó suavemente,
casi con cariño,
sobre su mesa.

@Alfredo Vilchez





Como en un breve suspiro
pasaron los días de playa,
algarabías y fiestas,
o el reposo en la montaña.

Queda ahora por delante
la vuelta a la vida urbana,
más también queda el recuerdo
asociado a la terraza,
a la silla entre los pinos
o a la tasca de la plaza,
de aquella buena cerveza 
que refrescó la garganta,
llena de conversaciones 
o de silencios de albarda.

Queda también el consuelo
de que podremos gustarla
en cualquier bar de la esquina
o tranquilamente en casa.
¡aunque no sea lo mismo¿
Ya lo sé. ¡ cosas que pasan!
Pero estando la cerveza
se ha salvado la jornada.

@Alfredo Vilchez


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