diciembre 2018

Cansado de la ambición del hombre, 
de su permanente seducción por falsos paraísos, 
de su caótica algarabía en las celebraciones
 y su falta de tiempo para la reflexión, 
cerró los ojos un momento 
haciéndolos de nuevo frontera de otro mundo, 
y recordó la voz del viento, 
el calor del sol, 
la sonrisa de la tierra fértil, 
el silencio de las cumbres,
 la generosidad de los valles, 
el canto del agua en los arroyos,
 y el cálido abrazo de su gente.
Sintió entonces su ser en plenitud 
y disfrutó de la armonía.

@Alfredo Vilchez





Conversaciones, sonidos de las gentes,
asuntos banales envuelven mis palabras
con una niebla ajena y extraña.
Sin embargo, en los silencios
vuelve mi pensamiento a la evidencia
de que te has ido para siempre.
La sombra negra de una ausencia eterna
desgarra mi corazón, sin esperanza.
No estás. No estarás ya nunca,
porque los vientos fríos de la muerte
han apagado la llama de tus ojos.

En ese torbellino de dolor y desconsuelo 
quiero creer que todo ha sido un sueño.
¡Puede que sí! ¡Quizá sea eso!  
Quizá esa estría de luz que creo ver
sea un hilo que conduce a la existencia.
En el límite espeso de la posible duermevela
la duda y el miedo se entremezclan
temiendo que se haga cierta tu partida.

¡Oigo un ruido...!
¡... y oigo tu voz, que me arranca de la pesadilla!
Era un sueño. Ahora lo sé.
Pero aún tardaré en abrir los ojos
deshecho por lo intenso de mi soledad sin ti.

@Alfredo Vilchez



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