poemas octubre 2018

El profundo corazón de una guitarra
dejó, trenzados en el aire,
las notas de una canción: Adiós, Granada.

No sé como la oí. Tampoco importa.
Pero se ha quedado abrazada a mis recuerdos
como una urdimbre de añoranza,
como un estallido de luz que abrasa las imágenes
dejando tras de sí sombras espesas,
irreales,
de una ciudad de sueños que ya no existe,
perdida en el tiempo y la nostalgia.

Ciudad de afectos, 
calles de evocación, 
que seguirán siendo mías 
mientras, cerrando los ojos, 
pueda sentir el hilo de mi vida 
envuelto en la seda de un cantar.


@Alfredo Vilchez



No enseñes al joven. 
No le digas, mostrando tu pequeña impotencia:
"Mirad, jóvenes, esta es la verdad de la vida"
Que no sepan por ti …
! Pero no sabrán nada ¡
Sus ojos no te ven, sus oídos no escuchan.

Míralos como llegan, aureolados, puros.
Aquel que se dispone, como tú en otro tiempo,
a vivir castamente la armadura.
Y aquel que viene envuelto
en un manto de nieblas melancólicas,
chispeando sus ojos.
Y aquel que se ha vestido las mallas delicadas
del placer sin cautela.
Ellos sabrán por sí y a costa de su sangre.
Que transiten sin huella su pavimento de diamante virgen.
Que impongan el esquife de oro a las ondas bravías.
Que no emplome sus alas la prudencia ni el desengaño.
¡ No ahorres dolor al que aún es omnipotente!

Tu sigue tu camino, construyendo,
hora a hora, brote a brote,
grano a grano, alma a alma,
el edificio de tus realidades.

***(poema elegido por Alfredo Vilchez para este jueves)






Vientos de olvido pretenden, bien envueltos de ignorancia, 
borrar la historia de un pueblo que en dos orillas se alza. 

Y digo bien, digo pueblo, 
porque en la América hispana fueron las gentes humildes del suroeste de España 
quienes abrieron caminos, quienes pusieron sus armas junto a aquellos naturales 
que ya entonces se enfrentaban. 

Tras ellos fueron los frailes, que trocaron en palabras las crónicas y relatos antes sólo dibujadas,
 y así salvaron memoria de los que allí habitaban. 

Se hicieron los hospitales, o los centros de enseñanza, 
y se vivió el mestizaje, como perla cultivada definiendo al hombre libre e igual, 
sin mirar la raza, dando el poder a las gentes antes que lo hiciera Francia.

¿Qué hubo delincuentes? Hubo.
 Pero, por la ley nombrada, las tropelías crueles también fueron castigadas. 

¿Qué hubo muchas defunciones? Cierto. 
Mas fueron las plagas que, al contacto entre dos mundos, a los débiles alcanza. 

Mestizaje, leyes libres y una sociedad que avanza 
hacen imposible el hecho del genocidio que braman quienes no saben de historia 
o se sirven de ignorarla.

No es mi caso, que ya es hora de que, con la voz bien alta, 
sea Día de la Hispanidad lo que celebro mañana.

@Alfredo Vilchez



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